jueves, 28 de abril de 2011

APRENDIZAJE COLABORATIVO: revista digital equipo nro 5

APRENDIZAJE COLABORATIVO: revista digital equipo nro 5

Revista Digital

APRENDIZAJE COLABORATIVO



     La incorporación de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (NTIC) ha ido progresivamente penetrando los espacios del sector universitario como parte de su plataforma y como recursos disponibles a los diferentes actores de la comunidad intra y extrauniversitaria. Para Santillán, citado por Salgado Peña (2004) existen diversas etapas en la adopción de tecnologías: desarrollo de una conciencia, conocimiento y comprensión, uso básico, familiaridad y confianza, aplicación e integración en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

     En tal sentido, López Segrera (2001) señala que las NTIC han introducido un nuevo paradigma en la enseñanza y el aprendizaje, y un reto para los distintos actores educativos, pues se sustenta en conceptos de “colaboración” y “enseñanza asincrónica”.

     De lo anteriormente planteado, se puede afirmar que el rol del docente-investigador se va transformando abriendo innumerables posibilidades en la interacción socio-educativa para aprender colaborativamente, innovar y para la mejora continua, pero además implica un reto en cuanto a que debe garantizar la incorporación del Internet con una actitud crítica y reflexiva de parte de las comunidades de investigadores en las distintas áreas.

     García Urrea (2006) especifica algunas áreas de aplicabilidad de las NTIC en educación en el campo de la innovación: enseñanza, formación y desarrollo profesional, gestión académica y administrativa, planificación, administración y evaluación curricular, investigación y producción institucional, relaciones con el entorno, entre otras. En este contexto, las redes de investigadores se ubican en el marco de las innovaciones en la investigación y la producción institucional.

     Desde esta perspectiva, el paradigma educativo de la colaboración expuesto por Escudero (1995) plantea dos vertientes: (a) colaboración dentro del centro educativo, entre los elementos diferentes que lo conforman como unidad, lo cual implica un trabajo en equipo entre los docentes; (b) colaboración con otras instituciones y personas, aunque no pertenezcan al mismo entorno, a través de una aproximación real de la institución educativa a la comunidad que la rodea, a través de la construcción de proyectos de participación que puedan socializarse mediante la red.
    
     En este orden de ideas, Salinas, citado por Ballesteros y López (2004) plantea que la evolución de las redes tienen dos tipos de aplicación en el contexto educativo, por una parte, como fuente informativa susceptible de transformarse en conocimiento, actuando como centro de documentación y recursos, pudiendo facilitar el acceso a bibliotecas y librerías digitales, adquirir software educativos o emplear recursos de ordenadores remotos, así como publicar y expresar ideas y opiniones a través de la elaboración de un sitio Web; por otra parte, como plataforma cada vez más sofisticada en la cual pueden construirse experiencias educativas a distancia, pudiendo impartirse clases virtuales en tiempo real, participar on line en congresos, semanarios virtuales, visitar laboratorios virtuales y lugares de trabajo compartido, donde los docentes-investigadores puedan diseñar, construir, ejecutar y evaluar proyectos en común, generando una cultura colaborativa como factor de cambio constante y un desafío educativo para el nuevo milenio.

     De tal manera que como lo señala Cabero Almenara (2004) la incorporación de las NTIC en el contexto universitario son significativos en cuanto permite: (a) ampliar la oferta informática; (b)crear entornos más flexibles para el aprendizaje; (c) eliminar barreras espacio-temporales; (d) incrementar modalidades de comunicación; (d) construir escenarios y entornos interactivos; (e) favorecer el aprendizaje independiente y el colaborativo; (f) ampliar las posibilidades de orientación y tutorización, así como de organización de la acción docente; (g) realizar actividades de gestión; y (h) facilitar el perfeccionamiento continuo de egresados.

Fuente: Ollarves y Chivico, Abril 2010